Difícilmente
hoy no pasa un día en el que no se hable de las redes sociales. Desde adelantos
en dispositivos que ponen al alcance de todos el acceso a ellas, a través de
aparatos que parecen salidos de películas de ciencia ficción, a la publicación en diversos medios de videos,
fotos o mensajes que circulan en las redes dando cuenta de uno u otro evento. Fácilmente pasamos de los eventos de Egipto,
Libia, los Indignados, a lamentables hechos como la masacre en el estreno de la
película Batman.
En
los casos de Egipto y Libia, los dispositivos móviles y las redes sociales
fueron fundamentales para volcar a la población hacia las calles, fortalecer
las protestas y finalmente tumbar regímenes que azotaban a estos países. Luego
dejamos de escuchar acerca de estos sucesos porque han perdido fuerza e interés
para los demás espectadores. ¿Acaso la falta de imágenes que alimentan el morbo
de las personas respecto al sufrimiento y el dolor de otros seres humanos hace
que cambie el objeto de interés? ¿O juegan aquí un papel importante las grandes
cadenas de información que utilizan los comentarios, fotos y videos de los
ciudadanos comunes y corrientes –deseosos de reconocimiento y los 15 minutos de
fama a los que hacía referencia el artista Andy Warhol en 1968- dispuestos a entregar
su material para que sea publicado pero a quienes no les interesa ir más allá?
Hago
esta referencia porque, si bien mientras nos enteramos de los eventos de estos
países, de las masacres en Estados Unidos, la muerte de numerosos adolescentes
en una pequeña isla en Noruega a manos de un demencial individuo en un país
caracterizado por una increíble tranquilidad y respeto de sus habitantes; poco
sabemos de lo que pasa en Somalia donde 780.000 niños morirán de hambre si no
reciben ayuda (bien vale la pena ver este artículo multimedia publicado por la
revista Semana que hace referencia al tema http://www.semana.com/multimedia-politica/hambre-africa-cuando-olvido-mata/4326.aspx).
Estos
si no son eventos a seguir en las redes sociales. Esto en el plano
internacional. Sin embargo en lo
nacional las cosas no cambian mucho. Poco replican las redes la situación de
Samaniego, en el departamento de Nariño, donde la población vive confinada
debido a que está totalmente rodeado de minas antipersona. Poco recogieron las
redes la crónica publicada en la revista Soho sobre Wikdi, un niño que vive en
Chocó y que debe caminar cinco horas diarias para ir y volver a su escuela (ver
la crónica en http://www.soho.com.co/zona-cronica/articulo/la-travesia-wikdi/25819),
lo cual da cuenta que la realidad que viven otros colombianos es muy distinta a
las últimas fotos de los famosos en Twitter o la actualización de su estado en
Facebook.
Es bien conocido un video, que se actualiza con
frecuencia, el cual explica lo que hoy ocurre con las redes sociales. Sin
embargo, al verlo con detenimiento puede observarse que se centra en la
tecnología y, con ella, en el aspecto comercial.
Nada dice de cómo será la
sociedad del futuro en tanto a temas de vida, educación, ciudadanía,
participación, voto, ejercicio del poder, en fin. Al parecer seremos una
sociedad de máquinas y de aparatos que controlan o hacen que otros tengan el
control como en el libro 1984 de George Orwell donde un gran ojo vigilante
detalla cada uno de nuestros movimientos.
Imagen de la película 1984* |
Zygmunt Bauman,
quien habita en el poblado de Leeds, reconocido pensador de origen polaco y
nacionalidad británica, quien acuño el término “Modernidad Líquida”, señala que
hace un buen tiempo atrás la pregunta que se hacía era “qué es lo que hay que
hacer” en relación con la sociedad y el mundo. Como el lo señala, el mundo es
impredecible, así que no sabemos qué va a pasar. Las redes sociales, así se
especule acerca de su desarrollo, masificación o uso de dispositivos, tampoco
están en capacidad de predecir el futuro.
Por ello, cabe perfectamente la
reflexión de Bauman sobre que ya no es preguntarse qué es lo que hay que hacer
sino quién lo va a hacer.
En este sentido, cada día hay que preguntarse en
las redes quién va a hacer algo que sea “digno” de publicarse en las redes.
Pero más allá vale la pena preguntarse ¿Y ello qué efecto tendrá en nuestra
sociedad, cómo nos afectará y luego qué más sucederá?
Y por ello, también es importante que nos
preguntemos, en especial quienes tenemos como profesión la Comunicación –dado que
tenemos relación no solo con los medios sino con las redes sociales y podemos
generar discusión acerca de sus contenidos-, qué papel tendrán las redes en la
construcción de un nuevo modelo de sociedad y sí se constituirán en la nueva
herramienta de acción colectiva que ésta requiere.
Notas al pie:
La foto de 1984 fue tomada de http://www.google.com.co/imgres?hl=es&sa=X&biw=1280&bih=705&tbm=isch&prmd=imvnsb&tbnid=z5Mth4nPGwdx3M:&imgrefurl=http://atakanawa.blogspot.com/2011/12